martes, 20 de marzo de 2007

El nuevo debate: Agricultura para energía o alimentos

Autor: Dr. Reinaldo R Muñoz.Jefe Estudios Económicos INTA Pergamino.
Introducción.
El fomento del uso de bio combustibles ha
alcanzado una enorme proporción reflejando la
preocupación con el uso y encarecimiento de los
hidrocarburos y con las cuestiones ambiéntales como
el calentamiento global. Las naciones lideres han
propuesto metas muy ambiciosas en el uso de los
combustibles alternativos a los fósiles, cuyo efecto
sobre el mundo agrícola resulta muy importante por el
compromiso creciente de los recursos que ésta
involucra. Dichas propuestas justifican una reducción
de CO2 en la atmósfera y los efectos positivos para el
medio ambiente, pero no se explayan sobre sus
probables efectos en la producción de alimentos para
el mundo.
Una hipótesis subyacente sería que la agricultura
mundial tiene capacidad para desarrollar las
producciones de combustibles renovables necesarias y
atender a la vez la generación de alimentos para los
animales y para el hombre. Otra hipótesis sería un
fuerte conflicto entre dichos objetivos, sea generando
una oferta insuficiente para las expectativas de los bio
combustibles y/o restricciones a la producción de
alimentos respecto a las necesidades mundiales.
El presente artículo tiene como objetivo discutir los
conflictos y contribuir a generar una opinión más
global al respecto. Comparación y dinamismo de las demandas
La demanda de la agricultura mundial esta
relacionada al consumo de raciones de los rebaños, las
granjas de aves y de porcinos, y el consumo humano
industrializado o directo. Sólo en los granos y para el
ciclo 2006/07, se alcanzó la demanda más alta
histórica de 2.380 millones de toneladas (USDA
WASDE 2007/02).
La demanda de petróleo para el año 2005 se
estimó en 82 millones de barriles por día y se proyectó
para el año 2015 a 118 millones de barriles por día
(IEA 2006). Anualizado, significa 29.930 millones de
barriles por año y considerando un volumen de 160
litros por barril, significaría 478.800 millones de litros
por año. Expresando en equivalente peso por la
densidad promedio (7 barriles = 1 tonelada) la
demanda de petróleo 2006 seria de 4.376 millones de
toneladas por año.
El consumo de petróleo por año medido en
toneladas, supera a la producción de granos en un
83,9% y respecto a su dinamismo, la proyección de
consumo de petróleo para 2015 rondaría un
crecimiento del 4% anual, contra la proyección de la
producción y consumo agrícola a un máximo de un 2%
anual.
Si comparamos la producción y el consumo de los
aceites de origen vegetal para 2006/07 incluyendo a
los diez principales cultivos oleaginosos (incluida
palma) resultó de 122 millones de toneladas por año.
Esto representó en 2006/07 un 5,1% de la producción
total de granos y un 2,8% del consumo total de
petróleo antes señalado.
Las cifras resultan en las primeras pero simples
conclusiones:
• medido en toneladas la producción y el
consumo de granos mundial para 2006/07 resulta un
poco más de la mitad (54,4%) del consumo total de
petróleo, y su proyección para 2015 resulta en una
tasa inferior a la mitad del petróleo.
• Si toda la producción de aceites vegetales
fuese empleada en generar bio combustibles, la
merma de consumo de petróleo no superaría el 3%.
La hipótesis del conflicto
Las cifras del consumo de alimentos y el consumo
de petróleo mundial resultan muy diferentes y a pesar
de la dificultad de medirlas en volumen o en
toneladas, las primeras resultaron fuertemente
superadas por el consumo de petróleo.
La agricultura parece bastante pequeña en
relación al consumo de combustibles derivados del
petróleo y en caso de atender a esta creciente
demanda puede debilitarse su función básica
productora de alimentos. En caso que esto suceda, las
opiniones de los especialistas, los artículos técnicos,
varias organizaciones y políticos coinciden en el nuevo
pesado cargo sobre la agricultura, que no contribuiría
más que a presentar un trascendente debate para la
humanidad actual y aún más para el futuro:
„agricultura para alimentos o para energía‰.
Según Lester R. Brown (2006)1 ,„El creciente mito
de que el maíz y el etanol puede resolver los
problemas de la energía nos encamina a una peligrosa
lucha por los alimentos‰, para dicho autor, el uso en
dichas producciones, puede resultar dramático y
generar hambre en el mundo. Ciertas comparaciones
resultan categóricas como „nos encontramos ante una
lucha mundial entre los 800 millones de automovilistas
1 Presidente del Earth Policy Institute autor del Plan
B 2.0: Rescuing a Planet Under Stress and a
Civilization in Trouble.”
El nuevo debate:
EEA Pergamino Agricultura para energía o alimentos
2
que desean proteger su medio de movilidad y los 2000
millones de personas más pobres del mundo que
luchan por la sobrevivencia‰. También, como lo
destaca su afirmación, que „el llenado del tanque de
50 litros de etanol en un carro equivale en maíz, al
alimento suficiente para un hombre durante un año‰.
Con relación a los EEUU, donde Johamis Mike,
USDA, Secretario de Agricultura, indica que esta es „la
oportunidad única, que la energía provenga de un
„bushel y no de un barril de petróleo‰. Bush (2007) en
el discurso del Presidente del 20/01 afirmó que „el
aliento a la producción de etanol, no se limitará y se
sostendrá en el tiempo‰. En su discurso anunció que
en los próximos 20 años se reducirá el 20% el consumo
de gasolina y gasoil de dicho país y será reemplazado
con bio combustibles y/o fuentes alternativas‰. En el
país del norte, en respuesta a dicha política, la difusión
de plantas productoras de etanol fueron y son una
noticia trascendente.
Las plantas de etanol en 2007 alcanzaron a 111
plantas en producción, 78 en construcción y 7 en
ampliación. La capacidad de producción es de 5,44
billones de galones anuales, pero para 2008/9 la
producción de etanol saltará a 11,7 billones de
galones, el doble del año comercial 2007.
Para el mismo país y por su gran efecto en los
precios del cereal y por los múltiples efectos de dichas
proyecciones, las opiniones de varias fuentes tienden a
disentir.
Michael Wald (2006) Scientif American indica que
„alentar la producción de etanol de un modo radical
tendrá un costo social desproporcionado‰. Según el
New York Sun (2007/01/17), „una estrategia
energética nacional basada en etanol no es
sostenible‰: en otras secciones del importante diario
señala, „la agricultura ni es capaz de producir
suficiente maíz como para resolver el problema
energético, ni de combatir el calentamiento global‰.
De acuerdo a Baltanás Miguel (2006) , Para
incorporar biodiesel en un porcentaje de tan sólo el
2%, „sería necesario emplear el 50% de la producción
mundial de aceites vegetales‰. Si el porcentaje fuera
del 4% del total, deberíamos usar todos los aceites
vegetales que se producen en el mundo.
Monbiot George (2007), señala que „para mover
los coches y autobuses en el Reino Unido solamente
con bio diesel se requerirían 25,9 y existen 5,7 millones
de hectáreas. Si fuera a aplicarse esta política a toda
Europa, las consecuencias en el suministro de
alimentos serían desastrosas y pasarían de
excedentarios a deficitarios netos‰.
Por ello, para no comprometer a la agricultura de
la UE y evitar la suba de los precios domésticos de los
granos, la Comisión Agrícola de la UE emitió en 2001,
el comunicado 547, donde sugiere asegurar la oferta
de energía importando bio combustibles de aquellos
países con ventajas competitivas en su producción. A
fines de 2005, se declaró el apoyo a la producción de
bio combustibles en los países en desarrollo, con el
mismo fin. En 2006 y 2007 se encuentran negociando
la instalación de plantas y créditos en Brasil y
Argentina.
La transferencia de esta demanda de la Unión
Europea a países del Tercer Mundo, revela la intención
de evitar los impactos ambientales que acarrea el
establecimiento de grandes plantaciones de
monocultivos, de las que se refinarán los bio
combustibles, comprometiendo nuevas tierras a estos
fines, a expensas de los bosques y de tierras aptas
para el cultivo de alimentos‰.(Baltanás, M. 2006)2.
Por esta razón y en función de crear
oportunidades comerciales, el costo de la agricultura
para generar bio combustibles se buscan transferir a
dichos países, promoviendo inclusive leyes que eximen
de impuestos a la producción de bio combustibles.
Ciertamente estas reformas legislativas, tienden a
generalizar el „convencimiento‰, positivo de estas
iniciativas a la comunidad e inclusive justifican
subsidiar este negocio como nuevas oportunidades y
también para contribuir positivamente al medio
ambiente.
En resumen, el conflicto excede a la relación entre
países desarrollados y el tercer mundo, pero genera y
sostiene una enorme hipótesis de conflicto que
tenderá a prevalecer y deberá alcanzar aristas agudas
en los futuros foros internacionales, „la agricultura
debe alimentar a la humanidad o generar bio
combustibles?‰.
Efectos inmediatos sobre el costo de los alimentos
Un efecto del conflicto anterior y que puede
extenderse a un horizonte mediato es el
encarecimiento de los alimentos como un mecanismo
de ajuste comprimiendo a dicha demanda, acorde a
las exigencias de ésta nueva demanda para los bio
combustibles.
Esto comprende a los países desarrollados donde
se priorizaron dichos emprendimientos, pero también
afectarán el mercado internacional de granos
generando una oferta de exportación más reducida y
más cara, agravando el acceso de alimentos de los
países más pobres.
Como señala Dinneen Bob (2006), presidente de la
Renewable Fuels Association de, „la agroindustria
norteamericana esta acostumbrada a un maíz de 80
dólares por tonelada, pero esto ya no se repetirá
nunca más‰; Galen Chris, (2007), National Milk
Producer Federation, „un balance entre el subsidio y el
aliento a la producción de etanol, y el encarecimiento
del maíz, generará una dependencia mayor de
importación de lácteos y de todo tipo de carne‰. El
costo de un kilo vivo ganado en un feedlot en Estados
Unidos se calcula hoy en 1,65 dólar, contra 1,21 dólar
de seis meses atrás .
Por su parte los compradores de maíz del exterior
como Japón, Taiwán, México, Egipto, como los
usuarios (feedlot, cerdos, pollos, pavos), están
preocupados y podrían reducir los niveles de demanda
por maíz y de producción de carne por las pérdidas
que se generan.
La dependencia del maíz importado de EEUU a
México y la „tortilla de maíz‰ esta generando
preocupaciones de fuerte impacto social en el país
vecino (Gonzalez, Luis. Profesor Instituto Tecnología
Monterrey, 2007).
El alza del precio del maíz ha sido abrupta e
inesperada y la mayoría de la agroindustria que lo
utiliza sólo puede absorber las pérdidas y esperar un
2 “Los biocombustibles no resuelven sino que
agravan el cambio climático”, en Revista del Sur, N°
168 Nov/Diciembre 2006, pag. 20.
3
cambio. En el futuro, deberán adecuar su producción
a los nuevos precios del insumo con los cambios que
esto puede generar en carnes, aves, huevos, leche y
demás productos.
En el escenario productivo para 20007/08 en los
EEUU, se sembrarán 3 millones de hectáreas más con
maíz, ocasionando una reducción de la siembra de
soja (1,9 millones de hectáreas menos) y de forma
complementaria se espera una caída en las pasturas,
en los cultivos de algodón y el abandono de lotes del
régimen de conservación de tierras. Según el USDA el
consumo forrajero que estaba entre 50% y 60% de la
producción caería en los próximos años a poco más
del 40%. También la reducción de las exportaciones de
maíz de los EEUU, pasarían de 60% ó 70% a ocupar
entre el 55% y 60% del mercado global. La oferta de
exportación de maíz al mundo podría declinar
fuertemente.
Este escenario alcista meses atrás llevo a
pronosticar que el precio del maíz podía llegar a los
150 dólares por tonelada en Chicago, por el poder de
compra de las fábricas de etanol. El precio ha llegado
a 163 u$/t (20/02/07) y podría alcanzar a 200 dólares
por tonelada, cuando entren en producción todas las
plantas de etanol en construcción.
Por su enorme efecto relativo, los precios de los
cereales como el trigo y cereales menores se elevaron,
como así también lo harán los oleaginosos
encabezados por la soja. Por su parte, los precios del
azúcar de caña se duplicaron en los últimos 18 meses.
En caso de un sostenimiento de estos precios,
irremediablemente los productos alimentarios
elaborados a partir de dichos insumos se
incrementarían en forma notable, llevando a un
encarecimiento generalizado de los alimentos que se
expandiría al resto del mundo.
Finalmente, la formación de precios de los granos
además de sus propios fundamentos tiene que ver
progresivamente con un equivalente valor por su uso
como bio comestibles. De esta forma, proliferaron los
contratos de etanol en las plazas financieras del
mundo y su vinculación con el petróleo se hicieron más
directas.
En este caso, las fuentes variaciones del petróleo y
de la energía podrían estar cada vez más directamente
relacionados al precio de los granos y en consecuencia
al de los alimentos.
Conclusiones.
El problema energético mundial, la declinación de
reservas de los hidro carburos fósiles, el problema de
contaminación del aire y el calentamiento global, son
problemas de enorme trascendencia para la
humanidad sin soluciones globales hasta el presente.
La carga para la agricultura de generar energía
parece muy pesada y las medidas de promoción de bio
combustibles en los países líderes pueden detonar un
conflicto alimentario muy grave con repercusiones aún
desconocidas para los países más pobres. En lo
mediato pueden traer un encarecimiento generalizado
de los alimentos.
Los bio combustibles no deberían ser tomados
como la solución al problema energético y ambiental,
sino como partes de un complejo proyecto humano y
energético en cuyas soluciones los países lideres aún
no están de acuerdo.

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